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LA VIDA LOCA - CRAZY LIFE

El Valle del Loira

La región de los Castillos del Loira se extiende por tres antiguas provincias: el Orleanesado, Turena y Anjou, y baja hasta el norte de Berry.
Se dibuja alrededor de la gran curva que forma el Loira subiendo hacia el noroeste, desde Gien hasta Orleáns, y luego descendiendo hasta la región de Anjou.

Durante los múltiples episodios de la Guerra de los Cien Años, el valle del Loira fue el refugio fiel del partido francés: París, la capital del reino, se había entregado al partido anglo-borgoñón, cuyo rehén era Carlos VI, el rey loco; Carlos VII, Delfín, trasladó al Loira su frágil poder y la administración del reino, viajando sin cesar, como lo hizo la monarquía hasta el siglo XVIII, de ciudad en ciudad, de castillo en castillo. Así, se le podía encontrar de un extremo a otro de la región del Loira. Príncipes de la sangre, grandes señores, ministros, servidores compran y construyen dando lugar a una floración excepcional de castillos habitados por la Historia.

Es desde el valle del Loira que Luis XI reconstruye, pieza por pieza, el reino, y restablece el poder central; es el valle del Loira que su hijo, Carlos VIII, abrirá primero a las influencias del Renacimiento italiano, descubierto durante las campañas de Italia.

Los castillos del Loira le deben mucho al paisaje en el que se enmarcan. Este ambiente, modelado por más de cincuenta generaciones de campesinos, está a menudo más amenazado que los monumentos que alberga. La gente de los campos está en vías de desaparición, pero el viajero atento puede aún encontrar algunos descendientes directos de aquellos antepasados.

Es incluso emocionante adentrarte por las pequeñas carreteras comarcales francesas para acabar en un lugar en medio del campo y, de pronto, encontrarte con uno de estos castillos. Algunas de estas edificaciones no están abiertas al público, pero se encuentran señaladas e indicadas igualmente. Nos pasó en un par de ocasiones que nos adentramos en fincas privadas pensando que podíamos entrar, y finalmente tuvimos que dar la vuelta. Parece increíble que en un momento en el que te parece que estás perdido en medio de nada, aparezca uno de estos monumentales castillos con varias hectáreas de terreno. Puedes llevar varios kilómetros conduciendo alrededor de un inmenso bosque cuando de pronto descubres que pertenece a un castillo privado.
Tengo que hacer una matización: no sé lo que la mayor parte de la gente entiende por castillo, pero yo desde pequeña siempre había tenido unidos en mi cabeza el nombre “castillo” y la imagen de esas fortificaciones medievales marrones con torres y fosos. Sin embargo, para mi sorpresa, en Francia llaman castillos a lo que para mí serían palacios. Parecerá una tontería, pero me llamó especialmente la atención cómo construimos esas imágenes mentales en nuestra cabeza hasta el punto de no aceptar que no concuerden con la realidad. Los “chateau” seguirán siendo en mi cabeza “palacios”.

1 comentario

jlori -

Faltan enlaces e imágenes.
Bien el replanteamiento de título y subtítulo. Esciban Europa con E mayúscula en el descriptor.