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LA VIDA LOCA - CRAZY LIFE

Hacemos noche en el tren hacia Nápoles...

Hacemos noche en el tren hacia Nápoles... Y lo primero que vemos al hacerse de día, lo primero que vemos es la silueta del Vesubio, el famoso volcán que sepultó con sus violentas erupciones Herculano y Pompeya (dicen que si echas una calada en la cima, junto al cráter, un extraño fenómeno atmosférico hace que el humo se quede como formando una nubecilla compacta, pero yo he visto a gente intentarlo y ni de coña, igual hay que tener práctica). Nada más llegar a Nápoles, cogemos el Circumvesuviano, un ferrocarril de vía estrecha que nos lleva hasta la puerta de las ruinas. Paseamos por Pompeya un rato, acompañados por algún que otro perro pulgoso, viendo toda la ciudad, bastante bien conservada, con casas todavía en pie, frescos en las paredes, e incluso algún que otro cadáver petrificado (se ve que la lava debió correr más que ellos). Yo ya había estado antes, así que no me impresionó demasiado. De vuelta en Nápoles (Napoli) nos cae un chaparrón de aupa, y tras mucho discutir (mojarse no hace gracia a nadie, pero quedarse metido en la estación tampoco), nos ponemos las capas y salimos a desafiar a los coches. Nápoles es una ciudad que se caracteriza por su caos circulatorio. Parece que todos se han puesto de acuerdo en hacerlo todo al revés: verde, te paras; rojo, aceleras. De hecho, encontramos una lápida junto a un paso de cebra que decía "aquí llace una mujer a la que se le ocurrió pasar por un paso de peatones" (es coña,claro). Pero por lo demás, Nápoles tiene algo especial: calles estrechas, ropas tendidas en los balcones...Pura anarquía a la italiana.
Visitamos algunas iglesias, hacemos un alto en un cibercafé (intentábamos contactar con unos conocidos que viven en Italia), y a última hora cogemos un tren que nos lleva a Siracusa, en Sicilia....

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